lunes, 20 de julio de 2009

La jornada del león

Mucha gente piensa que los leones cazan al amanecer. Se trata de una creencia infundada. Como bien saben los guías de los Parques, los leones cazan cuando tienen hambre. Puede resultar difícil ver cazar a un león en un safari por el poco tiempo del que se dispone y porque estos animales se pasan la mayor parte del tiempo descansando. Nada más entrar en el Parque Nacional de Serengeti, esta leona al borde del camino parecía estar esperándonos para darnos la bienvenida.



Con sus 14763 km cuadrados (3000 más que la Región de Murcia), el Serengeti es una llanura sin fin como indica su nombre en la lengua maa de los masai. Hay suficiente espacio para los diferentes grupos de leones sometidos a una especial vigilancia por los rangers. Algún que otro ejemplar de alguno de estos grupos porta un collar localizador.



Acostumbrados a la presencia humana, los leones no parecen inmutarse por los incómodos turistas.



Un grupo de tres leonas y un león joven macho se encontraban iniciando una maniobra de aproximación hacia una manada de gacelas.



Nuestra presencia no suponía más que un verdadero incordio para el grupo que, finalmente, acabó desistiendo y se tumbaron a la sombra a la espera de que nos fuéramos para no espantarles la presa.
No muy lejos de allí, tres cachorros de león indicaban que la madre no debía encontrarse muy lejos.





Y, por fin, un imponente macho, aunque joven todavía, se dejó ver para nosotros.





A diferencia de Serengeti, los leones de Ngorongoro son de melena negra. Los machos adultos no son fáciles de ver. Un grupo de quince leones presagiaba la existencia de algún portentoso macho, pero no logramos verlo. Hemos leído que en los años 60, una epidemia de nagana (tripanosomiasis animal africana) diezmó la población de leones de Ngorongoro, de modo que los ejemplares existentes hoy en día son descendientes de aquella escasa decena de animales que sobrevivió a la enfermedad.





Bien vigilados por los rangers para evitar que se les incomode, los leones de Ngorongoro están sometidos a la propia presión que se ejercen ellos mismos. Los grupos de leones, muy territoriales, están sujetos a la limitación del espacio natural que ofrece el cráter Ngorongoro.

Pudimos contemplar como una leona acechaba un rebaño de cebras en lontananza. Echamos de menos un buen teleobjetivo para captar la secuencia, pero los prismáticos permitieron disfrutar de la escena que se grabó en nuestras retinas. Descubierta por una cebra, la leona tuvo que iniciar la arrancada antes de lo previsto y por tanto fallando en el intento. Pero fue verdaderamente espectacular.





Más próximo a nosotros, una leona se aproximaba a un grupo de tres facoceros ante la atenta mirada de un macho joven. Descubierta por uno de los facoceros, éstos emprendieron la huida rápidamente sin esperar a ver lo que haría el joven macho.



A partir de ahora, verles indolentes en cualquier zoo nos recordará estos diferentes momentos vividos en Serengeti y Ngorongoro donde dejan su huella majestuosa como puede apreciarse en la foto junto a las rodadas de los coches.

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