Nos hemos enterado de una muy reciente noticia: ocho comunidades masai de la región de Liondo, en Tanzania, han sido quemadas dejando a 3.000 personas sin comida, agua ni refugio para dar paso a una concesión de un safari de caza (20 de agosto de 2009). Este pueblo nómada, los masai, que viven en la zona meridional de Kenia y el norte de Tanzania, se está viendo obligado a sedentarizarse por la presión que ejercen los gobiernos de Kenia y Tanzania para expulsarles de sus ancestrales territorios ahora convertidos en Parques Nacionales o Áreas de Conservación.
Dependientes de su ganado en torno al cual giran su vida y sus creencias, el pastoreo se complica durante la estación seca y la imperiosa necesidad de agua. Tras negociar una razonable cantidad de dinero, nos permitieron entrar y fotografiar un boma masai.
La tradicional creencia de que al fotografiarles les robas el alma enmudece por unos cuantos dólares. Al fin y al cabo es por una buena causa; el dinero es utilizado para sobrevivir en el nuevo orden que les está tocando vivir. Fieles a sus costumbres y creencias, se obstinan en una supervivencia casi agónica que merece todo nuestro respeto y apoyo.
Los masai tenían fama de crueles y poderosos guerreros, lo que hizo que fuesen utilizados durante la época colonial para guerrear contra otros pueblos. Para un masai, Dios les creó para el cuidado del ganado, por lo que se sentían legitimizados para apoderarse del ganado de otras tribus incluso por el uso de la fuerza. Para un masai el ganado es la razón de ser y el símbolo de todo a lo que se puede aspirar en la vida. A más ganado más poder y riqueza. La sangre de sus vacas, obtenida mediante pequeños sangrados en el cuello de los animales que les debilitan pero no los mata, se mezcla con la leche de vaca y constituye uno de sus principales alimentos. Solo en ocasiones muy especiales el animal es sacrificado. Para ello está otro tipo de ganado, las cabras. Raramente cazan animales salvajes como fuente de alimento. Antaño y como ritual de celebración para que un joven masai se convirtiera en guerrero, debía cazar un león. Actualmente no les está permitido hacerlo.
Como en la mayoría de las culturas primitivas, las mujeres son las encargadas de casi todo lo que tiene que ver con el día a día, hasta la construcción de la choza donde vive ella con sus hijos.
Las chozas son fabricadas con ramas de acacia recubiertas de excrementos de vaca mezclados con tierra y dispuestos en círculo alrededor del bien más preciado, el ganado.
Con apenas un escaso tragaluz que hace las veces, además, de chimenea, el interior de una choza es simple y lóbrega.
Las mujeres masai acogieron con entusiasmo a Mama María y rápidamente le hicieron la ficha: ¿cuántos hijos tenía? ¿cómo se llamaba su esposo? ¿de dónde era?... a la vez que se empeñaban en presentarle a sus respectivas madres.
Lo mejor de todo, los niños. Pese a las grandes carencias, la sonrisa no abandona su rostro.
Cómo nos hemos acordado del proverbio africano difundido por José Antonio Marina: "Para educar a un niño hace falta la tribu entera".
viernes, 4 de septiembre de 2009
viernes, 28 de agosto de 2009
El guepardo
La última jornada en Serengeti resultó favorable para el avistamiento de animales que aún no se habían dejado ver y otras curiosidades que iremos publicando. Uno de esos animales es el guepardo (duma en swahili). A lo lejos, sobre un pequeño promontorio de tierra, nuestro guía distinguió la silueta de un guepardo tumbado y nos aproximamos.
Una rápida ojeada a nuestro alrededor nos indicaba la ausencia de rangers y, a una señal de nuestro guía, el conductor abandonó el camino para acercarnos un poco más al guepardo. En los Parques Nacionales esto no se puede hacer, pero se hace.
De hecho no fuimos los únicos. Dispusimos de un par de minutos para admirar al ejemplar que permanecía indiferente ante nuestra presencia.
Como aburrido, bostezó...
... nos contempló
y finalmente se encaramó para dirigirse hacia la sombra de una acacia próxima mientras nosotros regresábamos al camino.
Una rápida ojeada a nuestro alrededor nos indicaba la ausencia de rangers y, a una señal de nuestro guía, el conductor abandonó el camino para acercarnos un poco más al guepardo. En los Parques Nacionales esto no se puede hacer, pero se hace.
De hecho no fuimos los únicos. Dispusimos de un par de minutos para admirar al ejemplar que permanecía indiferente ante nuestra presencia.
Como aburrido, bostezó...
... nos contempló
y finalmente se encaramó para dirigirse hacia la sombra de una acacia próxima mientras nosotros regresábamos al camino.
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guepardo,
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ranger,
Serengeti
martes, 18 de agosto de 2009
El coloso africano
Solos, vagando por la llanura sin fin de Serengeti como este ejemplar de elefante macho...
... o en grupos matriarcales,
el elefante africano representa una de las más bellas estampas tanzanas.
Sin tiempo que perder, los grupos de elefantes deambulan de un lado para otro sin parar de comer los cerca de 200 kilos de forraje que precisa un adulto.
Los pequeños, siempre arropados por el grupo...
... encuentran la ventaja adicional de la lactancia.
La proximidad del agua o un lodazal, enloquece a estos colosos que acuden presurosos a darse un refrescante baño de agua o lodo.
Aunque su piel sea gruesa y prácticamente imposible de taladrar por cualquier insecto, requiere una serie de cuidados, entre ellos, el rascado, para el que cualquier cosa les vale, desde un árbol a una piedra.
Los más jóvenes, aunque un tanto bravucones, son atentamente vigilados por el resto de los integrantes del grupo.
Nos resulta llamativo poder comprobar, a la vuelta de Tanzania, que en determinadas zonas de este país, esté permitido cazar elefantes. Abatir un macho, según el tamaño o peso de sus colmillos, supone pagar a las autoridades tanzanas, independientemente de los gastos del safari de caza, hasta 20.000 $. Obviamente estamos en contra de esto.
Este pequeño coloso en Tarangire crecerá y vivirá ajeno a la posibilidad de ser un día acribillado para convertirse en un exótico trofeo en algún lugar del mundo lejos de África.
... o en grupos matriarcales,
el elefante africano representa una de las más bellas estampas tanzanas.
Sin tiempo que perder, los grupos de elefantes deambulan de un lado para otro sin parar de comer los cerca de 200 kilos de forraje que precisa un adulto.
Los pequeños, siempre arropados por el grupo...
... encuentran la ventaja adicional de la lactancia.
La proximidad del agua o un lodazal, enloquece a estos colosos que acuden presurosos a darse un refrescante baño de agua o lodo.
Aunque su piel sea gruesa y prácticamente imposible de taladrar por cualquier insecto, requiere una serie de cuidados, entre ellos, el rascado, para el que cualquier cosa les vale, desde un árbol a una piedra.
Los más jóvenes, aunque un tanto bravucones, son atentamente vigilados por el resto de los integrantes del grupo.
Nos resulta llamativo poder comprobar, a la vuelta de Tanzania, que en determinadas zonas de este país, esté permitido cazar elefantes. Abatir un macho, según el tamaño o peso de sus colmillos, supone pagar a las autoridades tanzanas, independientemente de los gastos del safari de caza, hasta 20.000 $. Obviamente estamos en contra de esto.
Este pequeño coloso en Tarangire crecerá y vivirá ajeno a la posibilidad de ser un día acribillado para convertirse en un exótico trofeo en algún lugar del mundo lejos de África.
domingo, 9 de agosto de 2009
Supu ya kuku
Hemos amenazado desde el primer momento de la existencia de este Blog, con interminables sesiones fotográficas. De hecho, vais a tener a Tanzania hasta en la sopa.
Las sopas son muy típicas en Tanzania. En Arusha, en una librería vimos un libro en el escaparate de 500 recetas de sopa tanzanas. Lo hubiéramos comprado de no ser porque, al ser domingo, estaba cerrada la librería.
Excepto en los picnic de los safari, la sopa estaba presente en todos los bufé de los lodges.
Nosotros tenemos la costumbre de dejar constancia de los eventos gastronómicos. Dicha costumbre procede de que nuestra hija mayor siempre nos preguntaba cuando hacíamos algún viaje: ¿Qué habéis comido? ¿Estaba bueno? Y nos pedía que le describiéramos lo que habíamos comido. Comprobamos que fotografiándolo le dábamos más información que con nuestras descripciones.
Esta otra es supu ya nyanya y estaba realmente buena. No es el delicioso bocado de la Tilapia, pero recomendable.
A falta de comidas más tradicionales, como el ugali, o bebidas como mbege, una cerveza de plátano que me quedé con las ganas de probar, las cervezas tanzanas de medio litro satisfacen la sed del viajero.
Safari, Ndovu, Tusker..., las hemos probado todas, incluso la más suave de todas, la cerveza Kilimanjaro.
Glosario
-supu: sopa
-kuku: pollo
-nyanya: tomate
-chakula: comida
Las sopas son muy típicas en Tanzania. En Arusha, en una librería vimos un libro en el escaparate de 500 recetas de sopa tanzanas. Lo hubiéramos comprado de no ser porque, al ser domingo, estaba cerrada la librería.
Excepto en los picnic de los safari, la sopa estaba presente en todos los bufé de los lodges.
Nosotros tenemos la costumbre de dejar constancia de los eventos gastronómicos. Dicha costumbre procede de que nuestra hija mayor siempre nos preguntaba cuando hacíamos algún viaje: ¿Qué habéis comido? ¿Estaba bueno? Y nos pedía que le describiéramos lo que habíamos comido. Comprobamos que fotografiándolo le dábamos más información que con nuestras descripciones.
Esta otra es supu ya nyanya y estaba realmente buena. No es el delicioso bocado de la Tilapia, pero recomendable.
A falta de comidas más tradicionales, como el ugali, o bebidas como mbege, una cerveza de plátano que me quedé con las ganas de probar, las cervezas tanzanas de medio litro satisfacen la sed del viajero.
Safari, Ndovu, Tusker..., las hemos probado todas, incluso la más suave de todas, la cerveza Kilimanjaro.
Glosario
-supu: sopa
-kuku: pollo
-nyanya: tomate
-chakula: comida
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Kilimanjaro
domingo, 2 de agosto de 2009
Ngorongoro
Declarada patrimonio de la humanidad en 1979, la zona de conservación de Ngorongoro cubre una extensión de 8.288 km². El principal atractivo es, sin duda, el cráter Ngorongoro con sus 264 km² y una depresión de 610 metros, lo que la convierte en una de las calderas más grandes del mundo sin falla alguna en sus paredes.
Descendiendo por el camino de Seneto se llega al meeting point, uno de los pocos puntos del cráter donde los guías te permiten descender del vehículo y pisar el suelo de Ngorongoro.
En su interior, el lago salado Magadi, mucho más pequeño durante la estación seca, se convierte en una referencia desde cualquier parte del interior del cráter.
Dentro del cráter podremos observar la misma fauna de Serengeti excepto cocodrilos, impalas, jirafas y topis. El esquivo eland (Taurotragus oryx) de Serengeti, no muestra recato alguno en el más aún despejado Ngorongoro.
Ñúes, cebras y gacelas son los más abundantes representantes de este paraje natural.
Estos animales son continuamente amenazados por los carnívoros existentes dentro del cráter, principalmente, leones.
Las hienas esperan su momento oportuno.
Y el chacal busca presas más pequeñas con las que satisfacer su apetito.
Desde el cielo, todo lo que ocurre en Ngorongoro, es observado por el águila.
Los solitarios machos de elefante que habitan dentro del cráter se muestran impávidos ante todo lo que sucede en el mismo.
Al igual que los hipopótamos.
El ascenso del cráter se realiza por una ruta diferente, el camino de Lerai, y aunque ahora mostremos ese ascenso, volveremos en alguna ocasión a este cráter Ngorongoro para seguir contándoos algunos episodios de este safari.
Safari njema!
Glosario
-eland: pofu
-ñu: nyumbu
-cebra: punda milia
-gacela de Grant: swala granti
-gacela de Thomson: swala tomi
-chacal: bweha
-hipopótamo: kiboko
-safari njema!: ¡buen viaje!
Descendiendo por el camino de Seneto se llega al meeting point, uno de los pocos puntos del cráter donde los guías te permiten descender del vehículo y pisar el suelo de Ngorongoro.
En su interior, el lago salado Magadi, mucho más pequeño durante la estación seca, se convierte en una referencia desde cualquier parte del interior del cráter.
Dentro del cráter podremos observar la misma fauna de Serengeti excepto cocodrilos, impalas, jirafas y topis. El esquivo eland (Taurotragus oryx) de Serengeti, no muestra recato alguno en el más aún despejado Ngorongoro.
Ñúes, cebras y gacelas son los más abundantes representantes de este paraje natural.
Estos animales son continuamente amenazados por los carnívoros existentes dentro del cráter, principalmente, leones.
Las hienas esperan su momento oportuno.
Y el chacal busca presas más pequeñas con las que satisfacer su apetito.
Desde el cielo, todo lo que ocurre en Ngorongoro, es observado por el águila.
Los solitarios machos de elefante que habitan dentro del cráter se muestran impávidos ante todo lo que sucede en el mismo.
Al igual que los hipopótamos.
El ascenso del cráter se realiza por una ruta diferente, el camino de Lerai, y aunque ahora mostremos ese ascenso, volveremos en alguna ocasión a este cráter Ngorongoro para seguir contándoos algunos episodios de este safari.
Safari njema!
Glosario
-eland: pofu
-ñu: nyumbu
-cebra: punda milia
-gacela de Grant: swala granti
-gacela de Thomson: swala tomi
-chacal: bweha
-hipopótamo: kiboko
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